Razones por las que no deberías comprar una estrella

Razones por las que no deberías comprar una estrella

Para los seres humanos son necesarias las relaciones interpersonales, y es común que las personas quieran agradar a sus seres queridos con detalles especiales. Quizá cada vez sea mas difícil obsequiar algo realmente único y original. Es por ello que muchas empresas se mantienen en una búsqueda constante de ideas atractivas para enganchar a las personas y que puedan realizar regalos importantes y significativos en fechas especiales.

Pero una de estas alternativas para sorprender a un ser querido ha resultado ser polémica; se trata de comprar una estrella para obsequiar, y la razón es que el detalle nace de tácticas comerciales que venden una ilusión, y no algo tangible, o real. Comprar una estrella no es una buena idea, y a continuación te explicamos porqué.

¿Cómo se compra una estrella?

Comprar una estrella es algo que se dice y de forma inmediata tiene poder de discurso, suena imponente e importante. Pero las estrellas son cuerpos celestes que no se pueden poseer.

Distintas empresas a lo largo del mundo se han encargado de vender el concepto de comprar una estrella como una de las cosas más especiales que se pueden obsequiar y han procedido a nombrar ciertas estrellas visibles, a identificarlas con sus coordenadas y luego ponerlas “a la venta.”

Al estar en venta, estas estrellas se pueden comprar con unos pocos clics. Por lo general, estas empresas solo venden las estrellas en sus propios sitios web por un precio de unos $200 USD, y lo único que ofrecen en retorno es un certificado y un registro privado (dentro de los registros de la misma empresa) que “respalda” la compra.

En realidad, comprar una estrella es un fraude; solo se estaría comprando un certificado, un papel decorativo que dice que una determinada estrella ahora le pertenece a una persona, pero esto no es oficial.

Razones por las que no deberías comprar una estrella

¿Por qué no puedo comprar una estrella?

Las estrellas no se pueden comprar por las siguientes razones:

Los objetos celestes no le pertenecen a nadie

Al hablar de objetos celestes se hace referencia a cualquier objeto que se encuentre en el universo y que no sea parte del planeta Tierra, ya sea otro planeta, un asteroide, una estrella o un satélite natural.

La exploración espacial en el mundo inició cuando Estados Unidos y Rusia comenzaron la carrera especial (de 1955 hasta 1975), un evento en la historia en la que ambos países pusieron todas sus fuerzas intelectuales y mecánicas en el desarrollo y construcción de satélites, naves y exploradores para conocer el espacio exterior.

Debido a esto, la Asamblea General de la ONU creó el COPOUS (Committee on the Peaceful Uses of Outer Space en inglés, Comité sobre la Utilización del Espacio Ultraterrestre con Fines Pacíficos en español) en 1959.

Este comité ha aprobado varios tratados, y entre ellos se encuentra el Tratado del Espacio Exterior, en el que se establece a la Ley Internacional como la legislación que rige todas las actividades que tienen que ver con los cuerpos celestes del universo. Esta ley permite el libre acceso a ellos y al espacio en general, y también establece que ningún individuo o nación puede reclamar un planeta, una estrella, un satélite o cualquier otro cuerpo celeste.

En pocas palabras, no se puede comprar una estrella porque los cuerpos celestes no le pertenecen a nadie, “son” de toda la humanidad.

El nombre de la estrella que puedes comprar es falso

Al comprar una estrella, estas son presentadas en un libro, a modo de catálogo, sonde es posible encontrar las que están disponibles a la venta, y al escoger una de ellas se llena un registro que les otorga el nombre. Este registro es falso.

Existe un solo organismo que puede nombrar a las estrellas y ese es la Unión Astronómica Internacional (IAU por sus siglas en inglés).

Todas las estrellas tienen un nombre, eso es cierto. Es un nombre de catálogo estelar que se les da para tenerles alguna denominación, este suele ser un código numérico. Son muy pocas las estrellas que llegan a tener un nombre propio, porque la IAU tiene una norma bastante estricta: solo se nombrarán las estrellas que sean parte de algún sistema planetario.

Con este criterio, solo unas 330 estrellas tienen nombre propio entre más de 6.000 conocidas. Ya que solo la IAU puede darle nombre a los cuerpos celestes, ninguna empresa privada puede (oficialmente) nombrar a las estrellas.

Conseguir la estrella comprada en el firmamento no es posible

Si alguien se decide a comprar una estrella, es de esperarse que esa persona quiera verla de forma seguida en el cielo. Pero esto es posible.

La primera razón de esto es que para poder ver bien a las estrellas hace falta un telescopio especializado; e incluso si se tiene uno, encontrar a la estrella comprada va a ser un trabajo complicado.

Otro de los motivos es que las estrellas que se pueden ver a simple vista ya han sido nombradas; su brillo y cercanía han permitido su identificación temprana. Esto implica que las estrellas que están “a la venta” son estrellas lejanas que no se pueden apreciar bien a nuestra distancia.

La idea de comprar una estrella es un movimiento comercial que realizan las empresas solo para ganar dinero. Lo hacen bajo la premisa de obsequiar parte del universo a otra persona, de obsequiar algo tan grande que no se puede tocar. Esa concepción romántica le agrega valor al detalle, pero no lo hace auténtico o legal.

Hay muchas otras maneras en las que se puede demostrar el cariño y aprecio por una persona especial, invirtiendo el dinero en cosas que de verdad se puedan disfrutar, no hay necesidad de recurrir y caer en trampas comerciales que venden solo aire; no te dejes llevar por esta la fraudulenta de comprar una bola de gas en fuego.

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