¿Existe la sapiosexualidad?

¿Existe la sapiosexualidad?

El vocablo sapiosexual está compuesto por sapio, que es el verbo en latín sapere, cuyo significado es “ser sabio”, y la palabra sexual; sin embargo, la palabra no se refiere a un fenómeno o a una tendencia o condición, sino a la atracción que tienen algunos por las personas inteligentes.

Esto explica el frecuente enamoramiento que sienten los niños hacia sus maestras; patrón que suele repetirse en la adolescencia y en la etapa universitaria, cuando los estudiantes se sienten atraídos por sus profesores, tutores o compañeros más experimentados. El término no es nuevo, pero ha sido tendencia gracias a que en las redes sociales algunos personajes públicos han confesado ser sapiosexuales.

¿Es la sapiosexualidad una atracción más?

Hemos leído y oído hablar sobre las diferentes atracciones que siente el ser humano por otra persona, entre las más comunes está la atracción física, que es una de las más frecuentes, evidentes y expresadas. Esta atracción tiene que ver con la forma de la cara, ojos, boca, cuerpo, altura y, en general la simetría del conjunto cara y cuerpo, atributos que tienen más valoración para algunas personas.

Es posible que la atracción física siga siendo un factor determinante en la excitación sexual, y por eso sea uno de los elementos que más predomine a la hora de buscar una relación de pareja.

Otro tipo de atracción es la química, eso que despierta en nosotros la otra persona y que no podemos explicar muy bien, pues es una especie de emoción, vibración y cambios en nuestra forma de ser que nos hacen sentir diferentes en el sentido positivo.

Y la atracción sapiosexual que es aquella relacionada con la inteligencia, con la forma de hablar, de expresarse, de explicar el mundo y de dar sus impresiones y opiniones acerca de determinados temas.

¿Quiénes son sapiosexuales?

Los sapiosexuales son las personas que revelan la necesidad de sentirse complacidas intelectualmente; están tras una conversación o disertación que le otorgue nuevos estímulos y experiencias. Un sapiosexual busca nuevos conocimientos, se siente enaltecido con estos y comparte ese gusto por el saber, con lo cual se siente seguro,  estable, satisfecho y siempre va por más.

Es más frecuente ver a las mujeres sentirse atraídas por personas inteligentes; es decir, las mujeres son más sapiosexuales en relación a los hombres, ya que ellos suelen estimularse mediante la vista, por lo que dan mayor importancia al físico. En el caso de las mujeres, estas requieren de otros factores que les brinden otros estímulos, como los auditivos; de allí que la conversación sea un elemento de importancia para que se produzca una atracción sexual.

La sapiosexualidad femenina constituye un factor más en la lista de condiciones para la selección de pareja; recordemos que siempre se ha dicho que la mujer es más selectiva, entonces, la sapiosexualidad viene a sumar un elemento más.

El conocimiento y algo más

No obstante, la excitación que siente el sapiosexual por una persona inteligente no es lo único que pondera a la hora de tener una relación, pues también toma en cuenta otros aspectos como los atributos físicos, su personalidad entre otros, pero sí pone en primer lugar la parte intelectual.

Siempre ha habido chistes en torno a las personas que no son muy atractivas físicamente, pues deben ser más inteligentes, ser más elocuentes y tener un toque de buen humor, para entablar una relación. Esta premisa tiene que ver con la sapiosexualidad, y cobra fuerza la frase “el talento enamora” que tanto repetían nuestros abuelos, haciendo alusión a que no todo tiene que ver con el físico.

El plus de las inteligencias

Ahora bien, a cuál inteligencia nos referimos cuando hablamos de la sapiosexualidad, pues sabemos que existen varias y que todas son importantes a la hora de hacerle frente a cualquier eventualidad.

La inteligencia relacionada con el conocimiento, la experiencia, el talento, habilidades etc., es diferente a otras inteligencias como la inteligencia emocional y la inteligencia social, por mencionar dos de los tipos de inteligencia, las cuales tienen un peso importante en cualquier relación.

De manera que no solo se trata de tener más conocimientos o de tener una respuesta inteligente para cada situación, sino de saber manejar las emociones y de tener un trato amable, cordial y empático con los demás.

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Características de los sapiosexuales

  • Sabes si eres sapiosexual cuando caes en cuenta que te atraen las conversaciones novedosas o cualquier cosa que encuentres novedosa.
  • Si te aburre la rutina y siempre estás buscando nuevas emociones con una persona que te despierte sensaciones positivas.
  • Sientes más excitación por la inteligencia de esa persona que al contacto físico.
  • Buscas nuevas experiencias en personas que, como tú, también quieren tener nuevas sensaciones o asumir nuevos retos.
  • Sientes atracción por diálogos que te inviten a debatir, reflexionar, pensar, y, especialmente por todo lo que te proporcione conocimientos nuevos.
  • Tienes mucha curiosidad, imaginación y huyes de lo superficial y banal.
¿Existe la sapiosexualidad?

No es un invento ni una moda

En conclusión, la sapiosexualidad no es un invento de las redes sociales, ni ha surgido a partir del uso de la tecnología, ni es una moda, sino que existe como una condición más dentro de la gama de atributos que se buscan en otra persona. Lo que sí es necesario tomar en cuenta es tener conciencia de cuáles son nuestras preferencias, qué es lo que nos atrae tanto emocional como sexualmente, y si eso que nos gusta del otro nos afecta de manera positiva o negativa.

Es posible que ser sapiosexual sea inocuo, pues encontramos en la otra persona eso que nos hace sentir diferentes, con emociones que nos alegran y entusiasman. Sin embargo, es necesario considerar que la sapiosexualidad también puede representar un riesgo, pues eso que llamamos “ser sapiosexual” podría estar relacionado con problemas de autoestima e inseguridad.

La admiración que se sienta por esa otra persona inteligente puede llevarnos a una relación de dependencia, en la que la otra persona nos domine, y esa idealización del otro nos convierta en un ser sumiso.

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